Misión trágica por siempre

Ahogó un suspiro y humedeció los labios, ladeando la cara, ocultando el la impotencia en su mirada -Yo no sé si podré serlo- gruñó -Ya me he cansado, y esto solo me molesta mucho mas, no sé como lidiaré con ello- dijo.

Soltó su mano y le miró. -Tú puedes- susurró algo intimidada y tragó saliva en seco. -Yo también me siento mal. Siento que no puedo cuidar de ti- balbuceó apretando la orilla de la cama. -¿Necesitas algo? Creo que deberías dormir- susurró más bajo.

-No puedo- gruñó, respirando agitado y tallándose los ojos -ahora soy un bueno para nada, no puedo hacer nada..- dijo levantando la mirada -Necesito... darme una ducha-

-No lo eres- susurró negando. -Yo aún creo que puedes hacer cosas buenas- murmuró y asintió. -Te prepararé el baño si quieres- dijo poniéndose de pie caminando hasta el baño y empezó a preparar las cosas.

-Si lo soy- dijo para él, quitándose los pantalones al escucharla irse, quedando de pie y sintiéndose mal, muy mal por siempre.

Tuvo una idea, lo llevó hasta el baño con el grifo ya abierto y le miró acariciándole la mejilla. -No es permanente.- dijo acariciandole la mejilla con cuidado. Después se comenzó a quitar la ropa con algo de trabajo. Le dolía todo el cuerpo pero no se quejó. Le ayudó a entrar a la regadera y lo puso bajo el chorro de agua. -Si de algo sirve, te seguiré amando.- murmuró tomando el shampoo y empezó a bañarlo.

-¿Y si si lo es?- preguntó, enarcando una ceja, suspirando después alfinal -Por ahora, después te hartarás de mi- susurró, dejando que lo bañara -No te curaste esas heridas- recordó al sentir el agua correr por la mordida, extendiendo una mano hacia ella, notando que estaba desnuda también, haciendo una mueca de lado porque pues ya no iba a poder ver su  cuerpecito que tanto le gustaba y así.

-Tienes que pensar positivo- susurró masajeándole el cabello mientras se hacía espuma. Lo que le dijo le hizo verlo mal. -No digas tonterías Lucius. Yo no me voy a hartar- aseguró ligeramente ofendida. -El amor que te tengo es muy grande y solo por esto no te voy a dejar de querer- dijo algo dolida. -Lo olvidé, lo siento- susurró acercándose un poco. Tomó sus manos y las colocó en los hombros de ella. Y las comenzó a bajar poco a poquito. -Y de ser permanente, no me importa; me quedaré contigo a menos que tú seas quien se harte de mí- y bajó la mirada, tomando el jabón y frotándolo contra el cuerpo de él.

Frunció los labios un poco y se mantuvo en silencio, haciendo una mueca de lado -Perdón... tu no tienes la culpa- dijo bajito, acariciándole levemente y luego le abrazó fuerte, quejándose bajito -No quiero ser una carga.- masculló

Suspiró frotándole el cuerpo con el jabón y luego le abrazó resoplando. -No lo eres, ni lo serás- murmuró a su oído. Le besó la mejilla. -Te amo demasiado, ¿te queda claro?- pidió y le miró. -Creo que ya estás limpio.

Asintió al final y suspiró -Gracias... te amo- susurró, besando un espacio de piel que tenía frente a sus labios, que era parte de su nuca y espalda y luego suspiró -Ahora tu... y debes curarte esas heridas- susurró acariciándole la cintura.

Ladeó la cabeza dejando que le besara y la acarició sus manos volteando a verle. -Tú puedes hacerlo.- tomó su mano y le dio el jabón. -Lo que tienes enfrente es mi espalda, pasa el jabon, con cuidado- pidió mientras se ponía shampoo en el cabello.

Tomó el jabón escuchándola, algo temeroso, asintió y comenzó a pasear el jabón por su espalda con mucho cuidado para que no se cayera y así, el cabello se le pegaba a la cara por el agua pero pues, tenía las manos ocupadas entonces no podia hacer nada más y así.

Sonrió levemente. Quería hacerle ver que no era un bueno para nada, que había cosas que podía hacer todavía. Finalmente se giró y tomó el jabon poniéndose ella en el grifo de agua y se enjuagó. -Gracias- dijo y le besó la punta de la nariz. Al final cerró el grifo y envolvió a Lucius en una toalla y agarraba otra para ella.

Pues nada, fue envuelto en la toalla y todas esas cosas, aasintió a lo que le dijo y suspiró como si ya no le quedara más y salió del baño a como pudo, suspirando y esperando por ella -Quedate a dormir conmigo- pidió.

Le puso las cosas bonitas que usan los hombres para que oliera bien. -Claro- dijo sonriendo comenzando a vestirlo y así. -Me alegra que me lo pidas- dijo besándole con suavidad.

-Bien..- dijo asintiendo, sonriendo levemente enseguida -A mi me gusta que aceptes..- susurró, esperando por ella -Me siento como un bebé enorme, aún peor, porque ni siquiera puedo intentar ayudarte.

-Eres mi bebé y punto- dijo divertida vistiéndose rápido, tomando el botiquin y cepillándose el cabello mientras que le tomaba la mano y salían del baño. Lo sentó en su cama y ella se sentó a su lado. -Mira, me voy a curar las heridas- le sonrió levemente y puso manos a la obra.

-Más te vale..- susurró, sentándose ahí en la cama y poniendo mucha atención a ver si si se estaba curando o qué pedo y sonrió al escuchar que si(? -Extrañaré no verte más- susurró.

Se quejó bajito. -Arde- murmuró pasando rápido las gasas y luego empezó a envolverse con vendas. -Yo extrañaré el color de tus ojos pero luego pienso que pudieron haberte matado entonces agradezco que estés vivo- susurró.

-¿El color de mis ojos?- preguntó -¿De qué color son?- preguntó de nuevo, frunciendo el ceño levemente -La verdad, hubiera sido mejor que muriera..- susurró.

-Son grises- susurró bajito y le pegó en el brazo. -Cállate. No digas eso- susurró y resopló comenzando agitarse en un ataque de ansiedad.

Gruñó bajito, negando -Vale- dijo y le abrazó, con fuerza y cariño -Gracias por no irte-

Ahogó un sollozo. -Fue horrible verte en la camioneta inconsciente- susurró. -Si te morías yo me moría igual. Llegaba a la base y me apuñalaba con una daga envenenada- susurró soltandose a llorar. -Jamás me iría. Yo no te voy a abandonar- balbuceó hipando y abrazándole fuerte.

-Pero aquí estoy..- susurró -No, no digas eso..- masculló, frunciendo el ceño y abrazándole con más fuerza -Gracias... yo tampoco te abandonaré nunca, nunca- dijo besando su cuello, suspirando después.